jueves, 17 de septiembre de 2015

No dejemos que el “en línea” nos robe el “en vivo”


El mundo es tan efímero y el tiempo tan pero tan corto que a veces me  pregunto por qué nos preocupamos y nos detenemos en las "pequeñeces inmundas" de la vida. Esas cosas que hacen que minutos de tu vida sean desperdiciados pudiéndolos haber invertido en alguna otra cosa.  Por ejemplo, para que gastar tiempo en desatarte los cordones, para que gastar tiempo en ver el pronóstico antes de salir si nunca le pega, para que perder horas en mirar todas las fotos de su perfil de Facebook si lo que de verdad vale es el face to face.


Por qué dejamos que el día soleado se diluya en una larga siesta y que los mates entre amigos se resuman en caritas que nos enviamos sólo por WhatsApp. Soy partidaria de que las bandas hay verlas en vivo. De que el olor a pasto mojado impregnado en tu nariz, te anuncia que un gran día recién está comenzando. De que el mejor sabor es el de una galletita quemada, porque la hiciste vos y no te la vendió el chino de a dos cuadras de tu casa.

No dejemos que el “en línea” nos robe el “en vivo” de un día que no va a volver a repetirse…